Esta corrección acercó a la principal criptomoneda a un mercado bajista, arrastrando consigo a otros activos digitales importantes.
La caída del Bitcoin, que en algunos momentos superó el 6.5%, lo llevó a cotizar en niveles tan bajos como 99,963 dólares, marcando su punto más bajo desde mayo o junio y acumulando una pérdida de más del 20% desde su máximo histórico alcanzado el 6 de octubre. Esta venta masiva no fue un evento aislado; el mercado de criptomonedas en general retrocedió más del 11% en una semana, con liquidaciones de posiciones apalancadas que ascendieron a cientos de millones de dólares. Ethereum (ETH) también sufrió una caída significativa, perdiendo hasta un 9.6%, mientras que otras altcoins como XRP, BNB, Solana y Dogecoin registraron descensos de dos dígitos.
Los analistas atribuyen esta corrección a una combinación de factores macroeconómicos y un cambio en el sentimiento del mercado. La principal causa señalada es la creciente preocupación de los inversionistas por la sobrevaloración de las acciones de empresas de inteligencia artificial (IA), como Palantir y Nvidia, lo que provocó una venta masiva en el sector tecnológico y una alta correlación con el Nasdaq. Además, la postura cautelosa de la Reserva Federal de Estados Unidos respecto a futuros recortes en las tasas de interés llevó a los inversionistas a reducir su apetito por activos de mayor riesgo, como las criptomonedas, y a buscar refugio en activos más seguros. Este comportamiento consolida la percepción del Bitcoin como un indicador del impulso especulativo en los mercados financieros.













