Este hallazgo arroja serias dudas sobre la seguridad y el cumplimiento normativo de la creciente industria de activos digitales. El estudio, realizado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, The New York Times y otros 36 medios, rastreó fondos provenientes de hackers, ladrones, extorsionadores, ciberdelincuentes norcoreanos y estafadores internacionales.
El análisis demostró que estos grupos han movido repetidamente su "dinero sucio" a través de los mayores exchanges del mundo, que actúan como mercados para convertir monedas fiduciarias en Bitcoin, Ether y otras criptomonedas. Entre los principales receptores de estos fondos se encuentran Binance, la bolsa de criptomonedas más grande del mundo, y OKX, otra plataforma prominente. A pesar de que la industria ha buscado ganar aceptación general y ha prometido tomar medidas enérgicas contra los delincuentes, los hallazgos sugieren que la actividad ilícita sigue siendo un problema abrumador. Julia Hardy, cofundadora de la firma de investigación zeroShadow, afirmó que "las fuerzas del orden no pueden hacer frente a la abrumadora cantidad de actividad ilícita en el sector". La investigación es uno de los primeros esfuerzos sistemáticos para rastrear este dinero en plataformas específicas, las cuales rara vez son señaladas por las empresas de análisis que recopilan los datos. La naturaleza anónima y la rapidez de las transacciones con criptomonedas las convierten en un vehículo útil para el lavado de capitales, un problema que persiste a pesar de la profesionalización del sector.










