Trump ha negado categóricamente ser el autor de la misiva y el dibujo. “No es mi firma y tampoco es la forma en la que yo hablo”, declaró a la prensa, calificando el asunto como un “tema terminado”. La Casa Blanca ha respaldado su negativa, y el vicejefe de gabinete, Taylor Budowich, argumentó que la firma no coincide con las rúbricas más recientes del presidente. Sin embargo, análisis periodísticos como el de The New York Times sugieren que Trump utilizaba una firma distinta para asuntos personales en esa época, similar a la del documento en cuestión. La divulgación de estos documentos se produce después de una intensa presión de las bases de apoyo de Trump para que se publicaran los archivos completos del caso Epstein, alimentando teorías sobre la existencia de una “lista negra” de clientes poderosos. Aunque Trump ha intentado desviar la atención, calificando el escándalo como un “engaño demócrata”, la revelación de la carta complica sus esfuerzos por distanciarse del fallecido financiero, con quien mantuvo una amistad durante años.