El presidente Trump justificó la movilización argumentando que Venezuela está enviando “elementos criminales y sustancias ilícitas” a Estados Unidos.

Al ser cuestionado sobre la posibilidad de un ataque directo contra territorio venezolano, Trump respondió evasivamente: “Veremos qué pasa”. Esta escalada se produce en un contexto en el que Washington acusa al régimen de Maduro de operar como un “narcoestado” y ofrece una recompensa por su captura. En respuesta, el gobierno venezolano ha denunciado la presencia militar como un intento de propiciar un “cambio de régimen”. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, acusó a Washington de realizar vuelos de “inteligencia” para justificar un “plan de amenaza militar e intervención”.

Caracas también denunció que un destructor estadounidense abordó y ocupó ilegalmente durante ocho horas un buque atunero venezolano en su Zona Económica Exclusiva.

Como contramedida, Venezuela ha ordenado la movilización de sus propios buques, el alistamiento de milicianos y un refuerzo especial de su presencia militar en cinco regiones costeras, elevando significativamente la tensión en la región.