El encuentro se produce en un contexto de tensiones persistentes, aunque con una tregua arancelaria temporal prorrogada en agosto hasta noviembre.

Este acuerdo redujo los gravámenes impuestos por EE.

UU. sobre bienes chinos al 30% y los de China sobre productos estadounidenses al 10%.

Uno de los puntos más críticos de la agenda es el futuro de TikTok, ya que la fecha límite fijada por Washington para que la empresa reestructure sus operaciones en el país o enfrente una prohibición coincide con el 17 de septiembre, en pleno desarrollo de las negociaciones. Previo al encuentro, el gobierno chino defendió la aplicación, asegurando en un comunicado que “nunca ha solicitado ni solicitará” a empresas chinas recopilar datos en el extranjero en contra de las leyes locales. A pesar de los avances y el diálogo continuo, el presidente Trump ha amenazado con nuevas medidas si Pekín no garantiza el suministro de minerales estratégicos o si mantiene su apoyo a Moscú en la guerra de Ucrania, mientras que China ha abierto nuevas investigaciones sobre las políticas de semiconductores de Estados Unidos.