Además, comparó la situación de Bolsonaro con sus propios problemas judiciales en Estados Unidos, afirmando que “realmente se parece a lo que intentaron hacer conmigo”. En respuesta, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, publicó un artículo de opinión en el New York Times en el que defendió la independencia del poder judicial de su país y rechazó la medida arancelaria como “política” e “ilógica”.

“Estamos abiertos a negociar cualquier cosa que pueda traer beneficios mutuos.

Pero la democracia y la soberanía de Brasil no están en la mesa de negociación”, afirmó Lula. La tensión se ha visto agravada por las sanciones de Washington contra varios magistrados del supremo brasileño, incluido el juez Alexandre de Moraes, y las amenazas del Secretario de Estado, Marco Rubio, de que Estados Unidos “responderá en consecuencia” al fallo, a lo que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil calificó como una “amenaza inapropiada”.