Trump justificó estas acciones como una medida de seguridad nacional, declarando: “si transportas drogas que puedan matar a estadounidenses, te estamos persiguiendo”. La Casa Blanca ha vinculado estas operaciones a cárteles como el Tren de Aragua y el Cártel de los Soles, al que acusa de ser liderado por el propio Nicolás Maduro, por cuya captura ofrece una recompensa de 50 millones de dólares. La estrategia representa un cambio significativo, pasando de la interdicción naval a ataques letales directos, lo que ha generado un debate sobre su legalidad bajo el derecho internacional. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, se ha negado a dar detalles operativos, afirmando que Estados Unidos tenía “la autoridad absoluta y completa para llevarlo a cabo”.

En respuesta, el presidente Maduro calificó las acciones como una “agresión en toda la línea” que está “en camino de carácter militar”, y declaró que las comunicaciones con Washington estaban “deshechas”.

Analistas internacionales advierten que esta escalada podría desestabilizar la región y extender el conflicto a países vecinos.