El temor a las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) provocó que numerosas comunidades mexicanas en ciudades como Chicago, Los Ángeles y Sacramento cancelaran o redujeran sus tradicionales festejos por el Día de la Independencia. Eventos masivos como “El Grito Chicago” en Grant Park y desfiles en Pilsen y Waukegan fueron suspendidos por el riesgo de que los agentes migratorios aprovecharan las congregaciones para realizar detenciones. En Los Ángeles, una de las ciudades más afectadas, el gobierno de Trump incluso desplegó a la Guardia Nacional para contener protestas, lo que exacerbó el miedo. Aunque algunos eventos se mantuvieron, como un desfile en el este de Los Ángeles, la asistencia fue notablemente menor y se realizaron bajo estrictas medidas de seguridad. Este ambiente de incertidumbre se produce mientras la SRE de México recomienda a los connacionales extremar precauciones. Paralelamente, una redada en una planta de baterías de Hyundai en Georgia, el 4 de septiembre, resultó en la detención de 475 personas, de las cuales más de 300 eran ciudadanos surcoreanos.

El incidente, que involucró a técnicos especializados, fue calificado como “desconcertante” por el presidente surcoreano Lee Jae Myung, quien advirtió que podría desalentar futuras inversiones.

En respuesta a la crisis, el subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, expresó su “profundo arrepentimiento”.

Trump, por su parte, matizó su postura, afirmando que los trabajadores extranjeros son bienvenidos temporalmente para capacitar a estadounidenses.