El vicepresidente JD Vance llegó a animar a los ciudadanos a denunciar a estas personas ante sus empleadores, lo que ha derivado en decenas de despidos. El propio Trump declaró: “Queremos que todo sea justo; no ha sido justo, y la izquierda radical ha hecho un daño tremendo al país… Pero lo estamos arreglando”. Esta postura ha sido criticada por figuras como el expresidente Barack Obama, quien acusó a Trump de usar el asesinato para “avivar la división”.

La administración está elaborando una orden ejecutiva para combatir la violencia política, pero sus detractores temen que sea un instrumento para silenciar a la disidencia y castigar a quienes considera sus enemigos políticos, en un clima de creciente tensión.