Prometieron una ofensiva para “identificar, irrumpir, desmantelar y destruir estas redes”.

Esta retórica se ha traducido en acciones concretas.

Se ha reportado que decenas de personas, incluyendo periodistas como Matthew Dowd de MSNBC, profesores universitarios y empleados de empresas como American Airlines y Delta, han sido despedidos o suspendidos por comentarios en redes sociales considerados inapropiados sobre la muerte de Kirk.

El Departamento de Estado incluso advirtió con revocar visas a extranjeros que glorifiquen el crimen. El sospechoso del asesinato, Tyler Robinson, un joven de 22 años, fue detenido y las autoridades creen que actuó solo.

A pesar de esto, la administración ha utilizado el incidente para justificar medidas más amplias, como la designación de Antifa como organización terrorista, en una movida que críticos consideran una explotación de la tragedia para reprimir a opositores políticos e intensificar la polarización.