Durante su intervención de casi una hora, Trump cuestionó la utilidad de las Naciones Unidas, afirmando que “son palabras huecas, y las palabras huecas no resuelven estas guerras”.

Se atribuyó el mérito de haber puesto fin a siete conflictos internacionales sin la ayuda del organismo. Su discurso se centró en una agenda nacionalista, arremetiendo contra la migración descontrolada, a la que culpó de que los países europeos “se estén yendo al infierno”, y calificó el cambio climático como “la mayor estafa jamás perpetrada en el mundo”. El evento se vio afectado por una serie de fallas técnicas: una escalera mecánica se detuvo abruptamente mientras él y la primera dama subían, y tanto el teleprompter como el sistema de sonido fallaron al inicio de su alocución.

Trump no tardó en denunciar estos hechos como un acto deliberado, escribiendo en su plataforma Truth Social: “Esto no fue una coincidencia, fue un triple sabotaje en la ONU.

Exijo una investigación inmediata”.

La Casa Blanca exigió el despido de los responsables si se demostraba intencionalidad. La ONU respondió que la escalera se detuvo por un mecanismo de seguridad activado accidentalmente, posiblemente por un videógrafo de la delegación estadounidense, y aclaró que el teleprompter del presidente es operado por la propia Casa Blanca.