La nueva postura de Washington se endureció aún más cuando Trump instó a los países de la OTAN a derribar cualquier avión de combate ruso que ingrese a su espacio aéreo, una declaración que eleva la tensión en Europa. Pese a este aparente cambio, su secretario de Estado, Marco Rubio, matizó que la guerra “terminará en la mesa de negociación”, sugiriendo que la diplomacia sigue siendo una opción. El Kremlin reaccionó con ironía, afirmando que Rusia “es un oso de verdad”, no un tigre de papel.