Desde agosto, Estados Unidos ha desplegado un contingente militar significativo en el Caribe, que incluye ocho buques de guerra, un submarino nuclear y cazas F-35.

La Casa Blanca ha confirmado la destrucción de al menos tres embarcaciones, resultando en la muerte de al menos 14 personas.

Durante su discurso en la ONU, Trump lanzó una advertencia directa: “A todo matón terrorista que esté traficando drogas venenosas hacia los Estados Unidos de América: téngase por avisado, lo haremos saltar por los aires”.

El gobierno venezolano ha respondido con ejercicios militares y la capacitación de civiles, mientras que el presidente Nicolás Maduro evalúa declarar un “estado de conmoción exterior”. Maduro también envió una carta a Trump proponiendo diálogo, la cual fue rechazada por la Casa Blanca por estar “plagada de mentiras”. La situación ha generado una fuerte reacción internacional; el presidente de Colombia, Gustavo Petro, exigió en la ONU que se abra un “proceso penal contra esos funcionarios de los Estados Unidos”, incluido Trump, por lo que considera el asesinato de “jóvenes pobres de la región”.