El presidente Donald Trump advirtió que un cierre de gobierno es probable, culpando a los demócratas de estar “desquiciados”. La Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) ordenó a las agencias gubernamentales que preparen planes de “Reducción Laboral” (RIF, por sus siglas en inglés), un término que implica despidos permanentes en lugar de las licencias temporales habituales en cierres anteriores.
Si el Congreso no llega a un acuerdo antes del 30 de septiembre, el gobierno federal se quedará sin fondos para pagar a empleados no esenciales. El enfrentamiento se centra en la negativa de los demócratas a aprobar una extensión del gasto hasta finales de noviembre sin reinstaurar miles de millones de dólares en áreas como salud pública y educación, fondos que fueron recortados en la ley presupuestaria de Trump, conocida como la “Ley grande y hermosa”. Los republicanos, con una mayoría ajustada en el Senado, necesitan siete votos demócratas para aprobar la legislación.
El líder de la minoría demócrata, Hakeem Jeffries, calificó la amenaza de “intimidación” y al jefe de la OMB, Russ Vought, de “operador político maligno”, afirmando: “No nos intimidarán”. La situación refleja la creciente parálisis y polarización en Washington, convirtiendo las batallas por el cierre del gobierno en una característica recurrente de la política estadounidense.