Esta medida, anunciada el 25 de septiembre, se presenta como una respuesta al “terrorismo doméstico”, y fue inmediatamente vinculada por el presidente al reciente tiroteo mortal en una instalación de ICE en Dallas, Texas.
Trump instruyó a su gobierno a “investigar, irrumpir y desmantelar” las agrupaciones y fuentes de financiamiento de sus opositores políticos. El memorando ordena a agencias como el Departamento de Justicia, el Tesoro y los Grupos Conjuntos de Terrorismo (JTTF) investigar redes de financiamiento de movimientos de protesta, señalando a figuras como George Soros. El presidente acusó a la “izquierda radical” de incitar a la violencia contra la policía migratoria (ICE), afirmando que su retórica de “demonización” tiene consecuencias. “Esta violencia es el resultado de la constante demonización de las fuerzas del orden por parte de los demócratas de izquierda radical”, escribió en Truth Social, sin hacer referencia a que las víctimas del tiroteo fueron migrantes detenidos. La investigación del FBI sobre el ataque en Dallas, donde el tirador se suicidó, reveló que se encontraron casquillos con la leyenda “ANTI-ICE”, lo que refuerza la narrativa de un móvil ideológico. Sin embargo, el FBI también indicó que el atacante, Joshua Jahn, actuó solo y no encontró evidencia de que perteneciera a un grupo específico, contradiciendo los señalamientos de Trump.
Críticos han calificado la creación de este grupo operativo como un “macartismo moderno”, diseñado para perseguir a opositores políticos.