Trump especificó que las compañías farmacéuticas que ya estén en proceso de construir plantas en EE. UU. quedarán exentas del arancel, definiendo "en construcción" como aquellas obras que ya han comenzado.

Además del sector farmacéutico, se impondrán aranceles del 25% a los camiones pesados, del 50% a los gabinetes de cocina y baño, y del 30% a los muebles tapizados.

El presidente justificó estas tarifas como una medida de "seguridad nacional" y una forma de proteger a fabricantes estadounidenses como Peterbilt, Kenworth y Freightliner de lo que describió como una "avalancha de interferencias externas" y "competencia desleal".

Sin embargo, la medida ha generado preocupación entre economistas y expertos.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió que el aumento en los precios de bienes importados contribuye a la inflación. Se teme que estas tarifas eleven los precios para los consumidores, afecten los costos de atención médica, incluyendo programas como Medicare y Medicaid, y generen incertidumbre económica en sectores clave como la construcción.