Este cambio fue recibido con sorpresa y optimismo cauteloso por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien lo describió como una “señal positiva”.

En un movimiento aún más enérgico, Trump instó a los países de la OTAN a derribar cualquier avión o dron ruso que viole su espacio aéreo, una declaración que eleva la tensión en Europa del Este. El Kremlin reaccionó con ironía, afirmando a través de su portavoz que Rusia “se asocia más con un oso” y que “no existen los osos de papel”. A pesar de su nueva retórica de apoyo, Trump ha insistido en que Europa debe dejar de financiar la guerra “contra sí mismos” comprando energía rusa y ha condicionado un mayor apoyo estadounidense a la imposición de sanciones más duras por parte de los aliados europeos.