La reacción del mandatario colombiano fue inmediata y desafiante.

A través de sus redes sociales, Petro declaró: “No me importa. No necesito visa”.

Afirmó que la medida estadounidense “rompe todas las normas de inmunidad” diplomática y el derecho internacional, especialmente por ocurrir en el contexto de su asistencia a la Asamblea General de la ONU. Además, señaló que, al poseer también la ciudadanía italiana, puede ingresar a Estados Unidos con el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje (ESTA), aunque este mecanismo también está sujeto a la aprobación de las autoridades estadounidenses. Este incidente es el punto más álgido de una serie de desencuentros entre las administraciones de Trump y Petro, que incluyen disputas sobre la política antidrogas, la negativa de Colombia a recibir vuelos de deportados y acusaciones de Petro sobre un supuesto intento de golpe de estado con participación de funcionarios estadounidenses. El expresidente colombiano Ernesto Samper Pizano, a quien también le fue revocada la visa en los años 90, dio la bienvenida a Petro “al mundo de los que no tenemos visa”.