Si es declarado culpable, podría enfrentar hasta cinco años de prisión.

El caso ha avivado las preocupaciones sobre la politización del Departamento de Justicia bajo la fiscal general Pam Bondi, una leal a Trump. Días antes de la acusación, Trump instó públicamente a Bondi a actuar contra Comey y otros oponentes.

El presidente celebró la noticia en su red Truth Social, calificando a Comey como “uno de los peores seres humanos” y un “policía corrupto”. Por su parte, Comey respondió en un video, declarando su inocencia y afirmando no tener miedo de enfrentar a Trump en los tribunales. “Mi familia y yo sabíamos que habría costos por enfrentar a Donald Trump, pero no viviríamos de otra manera”, expresó. La situación se produce en un clima de despidos y renuncias de fiscales que, según informes, se han resistido a las presiones de la Casa Blanca para presentar cargos contra los enemigos de Trump.