Este es el cuarto despliegue de este tipo, siguiendo acciones similares en Los Ángeles, Washington D.C.

y Memphis.

La decisión ha sido rotundamente rechazada por la gobernadora de Oregón, Tina Kotek, y el alcalde de Portland, Keith Wilson, ambos demócratas. Kotek declaró que le comunicó directamente a Trump que las tropas no son necesarias y que la medida es un abuso de autoridad.

“Podemos manejar nuestras propias necesidades de seguridad pública local.

No hay insurrección. No hay amenaza de seguridad nacional”, afirmó Kotek en una conferencia de prensa. La demanda presentada por el estado de Oregón acusa a Trump de extralimitarse en sus funciones con el objetivo de “normalizar el uso de tropas militares para actividades policiales nacionales ordinarias”, especialmente en jurisdicciones controladas por opositores políticos. Las autoridades locales temen una escalada de tensiones similar a la ocurrida en 2020 durante las protestas por la justicia racial.