Con un megáfono, el mandatario colombiano pidió a los soldados de EE.

UU. “no apuntar contra la humanidad sus fusiles.

Desobedezcan la orden de Trump”. El Departamento de Estado calificó estas acciones como “imprudentes e incendiarias” y procedió con la revocación del visado. En respuesta, Petro denunció que la medida viola el derecho internacional y las normas de inmunidad de la ONU para los jefes de Estado.

Afirmó que no le importaba la decisión, ya que también posee ciudadanía europea y puede viajar con otros permisos.

En un acto de solidaridad, la canciller Rosa Villavicencio y el ministro de Hacienda, Germán Ávila, anunciaron que renunciarían a sus visas estadounidenses. Este evento agrava una relación bilateral ya tensa, marcada por la descertificación de Colombia en la lucha antidrogas por parte de Washington y las críticas de Petro a la política antimigratoria de Trump.