Esta postura se enmarca en una política exterior más amplia y confrontativa hacia América Latina, que la administración Trump trata como una “esfera de influencia exclusiva”.

Michael Shifter, del Diálogo Interamericano, afirmó: “Nunca hemos visto a un Presidente estadounidense tan descarado y agresivo como lo ha sido Trump en Latinoamérica”.

La estrategia incluye ataques aéreos, altos aranceles y una retórica hostil contra líderes considerados adversarios, como Maduro, mientras se ofrecen beneficios a aliados como Javier Milei de Argentina.