Padrino calificó el hecho como una “provocación” y una “amenaza a nuestra seguridad nacional”, y afirmó que el gobierno venezolano denunciará la situación ante las Naciones Unidas.

Esta movilización aérea se suma a un despliegue mayor que incluye al menos ocho buques de guerra, un submarino de ataque de propulsión nuclear, más de 4,500 soldados y cazas F-35B en Puerto Rico. La tensión se ha intensificado tras los ataques militares estadounidenses contra al menos tres embarcaciones en la región, que dejaron 17 muertos y que, según Washington, estaban vinculadas a cárteles de la droga procedentes de Venezuela. La administración Trump acusa directamente al presidente Nicolás Maduro de liderar el “Cártel de los Soles”. En respuesta, el gobierno de Maduro ha movilizado a su ejército y ha anunciado la firma de un “decreto de conmoción exterior” que le otorgaría poderes especiales para activar una “movilización nacional” en caso de ser agredido, lo que evidencia el temor a una intervención militar directa.