Estas medidas, que entrarán en vigor en octubre, buscan proteger a los productores estadounidenses de lo que el presidente califica como “competencia externa desleal”.
Entre las tarifas más drásticas se encuentra un arancel del 100% sobre todas las películas producidas en el extranjero.
Trump justificó esta medida sin precedentes afirmando que el negocio cinematográfico de Estados Unidos “ha sido robado por otros países, como si le quitaran un caramelo a un niño”.
Aunque no se han especificado los detalles de su implementación, la amenaza ha generado incertidumbre en Hollywood y en la industria global. Además, se impondrán aranceles del 100% a ciertos medicamentos patentados fabricados en el extranjero, del 25% a los camiones pesados, y gravámenes a la madera blanda y a los muebles, aunque la aplicación de estos últimos se aplazó hasta el 14 de octubre. En el caso de los camiones, se espera que la medida no afecte a México y Canadá gracias a las disposiciones del T-MEC. El gobierno ha señalado que existen excepciones para las farmacéuticas que inviertan en producción dentro de Estados Unidos y que se respetarán acuerdos comerciales con la Unión Europea y Japón que limitan los aranceles a ciertos productos.













