Esta medida se produce en un momento de alta tensión en la región, semanas después de un ataque sorpresa de Israel en Doha contra líderes de Hamás que consideraban una propuesta de alto el fuego. La orden ejecutiva, fechada el lunes pero publicada el miércoles, establece que “Estados Unidos considerará cualquier ataque armado contra el territorio, la soberanía o la infraestructura crítica del estado de Qatar como una amenaza a la paz y la seguridad de Estados Unidos”. El texto subraya la “estrecha cooperación” y el “interés compartido” entre ambos países. La firma del decreto coincidió con la visita del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a Washington, durante la cual Trump habría organizado una llamada para que Netanyahu se disculpara con el emir de Qatar por el ataque que dejó seis muertos, incluido un miembro de la seguridad qatarí. Qatar, que alberga la base aérea de Al Udeid, la mayor de Estados Unidos en la región, ha sido un socio militar clave. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar calificó la orden como un “paso importante” para fortalecer la asociación de defensa. Sin embargo, la medida ha generado críticas, ya que un compromiso de defensa de este calibre normalmente requeriría la aprobación del Senado a través de un tratado, lo que plantea interrogantes sobre el alcance del poder ejecutivo en política exterior.