La Casa Blanca justificó la medida como necesaria para “proteger a los funcionarios y activos federales” tras un tiroteo en la ciudad donde agentes federales dispararon a una mujer.

En un caso paralelo, una jueza federal en Oregón, Karin Immergut, nominada por el propio Trump, bloqueó temporalmente el despliegue de 200 soldados en Portland. En su fallo, la jueza determinó que el presidente “probablemente prosperarán en su alegato de que el presidente excedió su autoridad constitucional”, ya que las protestas en la ciudad no representaban un “peligro de rebelión” que justificara una intervención militar federal. La estrategia de despliegue de tropas en ciudades demócratas también ha sido implementada en Los Ángeles y Washington D.C., lo que evidencia un patrón de confrontación entre el poder ejecutivo federal y las administraciones locales que se oponen a sus políticas de seguridad e inmigración.