Esta declaración se produce mientras su administración ya ha enviado a la Guardia Nacional a Los Ángeles, Washington D.C.

y Memphis, y planea hacerlo en otras ciudades, a menudo en contra de la voluntad de las autoridades locales.

Trump afirmó que la amenaza interna es “más difícil en muchos sentidos porque no llevan uniforme”.

Por su parte, el secretario Hegseth anunció el fin de las políticas de diversidad e inclusión, a las que calificó de “basura ideológica”, y la reimposición de un “estándar masculino” en los requisitos físicos, criticando la presencia de generales “gordos”. Estas medidas, junto con la purga de altos mandos militares, han sido denunciadas por legisladores demócratas como una politización peligrosa de las fuerzas armadas.