Ante el estancamiento, Trump declaró que el cierre le brinda una “oportunidad sin precedentes” para remodelar el gobierno. Anunció una reunión con el director de presupuesto, Russ Vought, para determinar qué “agencias demócratas” serán eliminadas de forma “temporal o permanente”.

La administración ya ha tomado medidas punitivas, congelando 26 mil millones de dólares en fondos federales destinados a estados demócratas. Esto incluye 18 mil millones para proyectos de infraestructura en Nueva York y 2.1 mil millones para el transporte en Chicago, además de 8 mil millones para proyectos de energía renovable en 16 estados.

La Casa Blanca ha advertido que los despidos de trabajadores federales, que podrían ser “miles”, son “inminentes” si el cierre se prolonga, una medida más drástica que las suspensiones temporales de cierres anteriores.