Pritzker.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, defendió la acción afirmando en Fox News que Chicago es "una zona de guerra". Pritzker respondió acusando a los republicanos de intentar sembrar el caos deliberadamente: "Quieren crear la zona de guerra para poder enviar aún más tropas.
Tienen que largarse de aquí cuanto antes". En Oregón, la situación escaló cuando Trump ordenó el envío de 300 soldados de la Guardia Nacional de California a Portland, después de que una jueza federal, Karin Immergut, bloqueara temporalmente el despliegue de la guardia local. La jueza argumentó que la determinación del presidente "simplemente no se ajusta a los hechos" y que Estados Unidos es "una nación de derecho constitucional, no de ley marcial". El gobernador de California, Gavin Newsom, calificó el despliegue como un "abuso de poder vergonzoso" y prometió llevar el caso a los tribunales, afirmando que Trump utiliza a los militares "como peones políticos para construir su ego". La ofensiva de Trump, que según encuestas tiene un bajo apoyo popular (42%), ha reavivado el debate sobre los límites del poder presidencial y el uso de las fuerzas armadas para asuntos de seguridad interna.













