El secretario de Guerra, Pete Hegseth, publicó videos de los ataques, describiendo a las víctimas como "narcoterroristas" y afirmando que las operaciones se realizan por orden presidencial para detener el flujo de drogas que "envenenan a nuestra gente". El gobierno venezolano ha denunciado estas acciones como una "agresión armada para imponer un cambio de régimen" y ha reforzado sus defensas territoriales. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia condenó enérgicamente los ataques, advirtiendo sobre "consecuencias de largo alcance para la región". La justificación legal de estas operaciones se basa en una notificación de Trump al Congreso, donde declara que Estados Unidos se encuentra en un "conflicto armado" con los cárteles, lo que le permitiría tratar a los sospechosos como combatientes enemigos.