El gobierno de Estados Unidos enfrenta un cierre parcial debido a un estancamiento presupuestario en el Congreso, donde el presidente Donald Trump y los legisladores republicanos se enfrentan a los demócratas. La disputa principal gira en torno a la exigencia demócrata de extender los subsidios del programa de salud conocido como Obamacare, una condición que los republicanos rechazan, acusando a sus oponentes de querer financiar servicios médicos para migrantes indocumentados. La parálisis ha afectado a más de 1.3 millones de trabajadores federales, con cientos de miles suspendidos de sus labores y otros, considerados esenciales como los controladores aéreos, obligados a trabajar sin recibir su salario. El presidente Trump ha adoptado una postura de confrontación, culpando directamente a los demócratas por el cierre.
Inicialmente, se mostró abierto a negociar, declarando: “En estos momentos estamos en una negociación con los demócratas que podría llevar a cosas muy buenas... con respecto a la atención médica”.
Sin embargo, posteriormente endureció su posición, condicionando cualquier diálogo a la reapertura del gobierno.
Además, ha amenazado con aprovechar la crisis para realizar despidos masivos y permanentes de funcionarios federales y eliminar agencias que considera controladas por los demócratas, calificando el cierre como una “oportunidad sin precedentes” para reducir el tamaño de la administración pública. En el Senado, múltiples votaciones para aprobar un financiamiento provisional han fracasado, ya que ninguna de las propuestas ha alcanzado los 60 votos necesarios para superar el bloqueo. La Casa Blanca ha intensificado la presión congelando miles de millones de dólares en fondos para proyectos de infraestructura en estados demócratas como Nueva York, Illinois y California, lo que agrava aún más la polarización y deja sin una solución a la vista el conflicto que impacta la economía y los servicios públicos del país.
En resumenEl cierre del gobierno federal persiste debido a un profundo desacuerdo partidista sobre los subsidios de salud. El presidente Trump ha utilizado la crisis para amenazar con despidos masivos y recortes de fondos a estados demócratas, mientras que las negociaciones en el Congreso permanecen estancadas, dejando a millones de trabajadores y servicios públicos en la incertidumbre.