En respuesta, algunas autoridades locales han tomado medidas para proteger a sus comunidades.

El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, firmó una orden ejecutiva para crear “zonas libres de ICE” en propiedades municipales, prohibiendo que se utilicen para operativos migratorios. A pesar de la resistencia local y las críticas de organizaciones de derechos humanos, la Casa Blanca defiende sus acciones como necesarias para “recuperar la identidad nacional” y hacer cumplir la ley, manteniendo una postura de confrontación directa con las jurisdicciones que limitan la cooperación con las agencias federales de inmigración.