Sin embargo, la jueza federal April Perry dictaminó que no existían “pruebas creíbles” para sustentar dicha afirmación, emitiendo una orden de restricción temporal. Perry argumentó que “el poder civil no ha fallado” y que la presencia militar podría “echar más leña al fuego”.

Un tribunal de apelaciones ratificó posteriormente esta decisión, permitiendo que las tropas permanezcan en Illinois pero impidiendo su despliegue operativo por ahora. El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, celebró el fallo declarando: “Donald Trump no es un rey y su administración no está por encima de la ley”. Este enfrentamiento legal se enmarca en una estrategia más amplia de Trump de enviar fuerzas militares a ciudades gobernadas por demócratas, a las que acusa de ser focos de criminalidad, a pesar de que las estadísticas a menudo contradicen sus afirmaciones.