Trump justificó las operaciones afirmando que los barcos transportaban “vagones cargados de drogas”.

En un giro drástico, el presidente ordenó a su enviado especial, Richard Grenell, cesar todo contacto con el gobierno de Nicolás Maduro, poniendo fin a meses de negociaciones secretas.

Según los informes, durante estas conversaciones, funcionarios venezolanos habían ofrecido a Washington importantes concesiones económicas, como acceso preferencial a sus vastos recursos petroleros y minerales, a cambio de un cese de las hostilidades, pero la oferta fue rechazada.

Venezuela, por su parte, ha calificado los ataques como “ejecuciones extrajudiciales” y ha puesto a sus fuerzas armadas en alerta máxima, iniciando ejercicios de defensa.

La ONU y Rusia han hecho un llamado a la desescalada, advirtiendo sobre el riesgo de una intervención militar.