Al ser cuestionado sobre su compromiso con la renegociación del T-MEC, Trump respondió: “Podríamos renegociarlo y eso sería bueno, o podríamos hacer acuerdos diferentes. Si queremos, podemos hacer acuerdos diferentes”.

Cuando se le preguntó por su preferencia, el mandatario afirmó: “No me importa.

Quiero llegar al mejor acuerdo para este país y también, en gran medida, con Canadá en mi mente”.

Estas declaraciones han sido interpretadas como una táctica de negociación y una señal de que la administración estadounidense está dispuesta a desmantelar la estructura trilateral que ha regido el comercio norteamericano durante décadas.

Por su parte, el primer ministro Carney señaló que Canadá ya está negociando acuerdos sectoriales específicos con Estados Unidos en áreas estratégicas como energía, acero y automóviles, los cuales probablemente se mantendrían independientemente del futuro del T-MEC.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reaccionó a los comentarios de Trump, descartando la posibilidad y afirmando que “el T-MEC es ley” en los tres países y cualquier cambio requeriría un proceso profundo.