Como consecuencia, agencias federales han suspendido operaciones, afectando a unos 750,000 empleados que han sido suspendidos sin sueldo.
La administración Trump ha intensificado la presión al iniciar despidos masivos, o “reducciones forzadas de personal” (RIFs). El director de la Oficina de Administración y Presupuesto, Russell Vought, confirmó que “los RIFs han comenzado”, afectando a agencias como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), donde más de mil empleados recibieron avisos de despido. El vicepresidente JD Vance advirtió que cuanto más se prolongue el cierre, habrá recortes “más profundos y dolorosos”.
En un movimiento que alivia la presión sobre una parte del gobierno, el presidente Trump ordenó al Pentágono utilizar “todos los fondos disponibles” para garantizar el pago de los salarios de los 1.3 millones de militares en servicio activo, declarando que no permitiría que los demócratas tomaran a las Fuerzas Armadas “como rehenes”. Sin embargo, esta medida no se extiende a los cientos de miles de empleados federales civiles, quienes enfrentan un futuro financiero incierto.













