“Podría decir: 'Miren: si esta guerra no se resuelve, les enviaré Tomahawks'”, declaró el mandatario, calificando el arma como “muy ofensiva” y un “nuevo paso en la agresión”. Esta amenaza marca un cambio notable en la política de Trump, quien previamente había instado a Kiev a hacer concesiones para terminar el conflicto.

La reacción de Moscú fue de “extrema preocupación”, con advertencias de que tal acción dañaría gravemente las relaciones bilaterales.

Por su parte, el presidente Zelenski se mostró cauto pero esperanzado, afirmando sobre los misiles: “Estamos trabajando en ello”.