Esta narrativa ha sido firmemente rechazada por líderes locales.

El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, calificó la acción como una “invasión inconstitucional”, mientras que el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, acusó a Trump de intensificar la violencia intencionadamente. La confrontación ha escalado al punto de que Trump ha pedido públicamente el encarcelamiento de ambos funcionarios por no cooperar. La medida ha enfrentado una fuerte resistencia legal, con jueces federales en Chicago y Portland emitiendo órdenes de restricción temporal para bloquear los despliegues. Ante estos reveses judiciales, Trump ha amenazado con invocar la Ley de Insurrección de 1807, una ley raramente utilizada que le otorgaría una autoridad mucho más amplia para usar el ejército en suelo estadounidense sin el consentimiento de los estados.