Esta práctica ha generado una considerable controversia y ha suscitado preocupaciones sobre la libertad de expresión. Sin embargo, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha defendido estas acciones como una herramienta necesaria para hacer cumplir las leyes de inmigración y proteger la cultura y los ciudadanos estadounidenses. La administración está revisando activamente el estatus de más de 55 millones de titulares de visas actuales en busca de violaciones similares.