El propio presidente Donald Trump ha anunciado estos operativos en sus redes sociales, publicando videos de los impactos y calificando a los fallecidos como “narcoterroristas”. En su justificación, Trump ha declarado que Estados Unidos se encuentra en un “conflicto armado” con los cárteles de la droga y que cada embarcación destruida “salva 25,000 vidas estadounidenses”. Defendió los ataques con misiles afirmando que las lanchas del narcotráfico “no son más rápidas que los misiles”.

Esta nueva doctrina militar ha generado una fuerte controversia tanto a nivel nacional como internacional.

Expertos en derecho y organizaciones como la ACLU han cuestionado la legalidad del uso de fuerza letal en aguas internacionales contra sospechosos que no han sido detenidos ni juzgados, calificando las acciones como “ejecuciones extrajudiciales” y “simple y llanamente, asesinato”. En el Congreso, miembros de ambos partidos han solicitado explicaciones, y las Naciones Unidas han hecho un llamado a la desescalada para evitar una mayor amenaza a la paz en la región.