El Departamento de Estado ha defendido estas acciones, declarando que las visas son un “privilegio” y pueden ser canceladas por actividades “contrarias al interés nacional”. Paralelamente, la administración ha implementado una política de “tolerancia cero” contra extranjeros que critican al gobierno en línea.

Se revocaron las visas de al menos seis personas, incluido un ciudadano mexicano, por publicar comentarios de burla sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. De igual forma, a la activista mexicana Arlín Medrano se le retiró la visa después de que calificara a Estados Unidos como un “país genocida” en sus redes sociales.