La administración Trump ha utilizado la revocación de visas como una herramienta de presión política y represalia, cancelando los permisos de entrada de más de 50 políticos mexicanos y de ciudadanos extranjeros por expresar críticas en redes sociales. Un informe de la agencia Reuters reveló que el gobierno estadounidense ha revocado las visas de al menos 50 políticos y funcionarios mexicanos, la mayoría pertenecientes al partido gobernante Morena, como parte de una ofensiva contra los cárteles de la droga y sus presuntos aliados políticos. Exembajadores estadounidenses señalaron que, si bien la revocación de visas no es una práctica nueva, nunca se había utilizado a esta escala contra políticos en funciones, lo que indica una nueva forma de presión diplomática.
El Departamento de Estado ha defendido estas acciones, declarando que las visas son un “privilegio” y pueden ser canceladas por actividades “contrarias al interés nacional”. Paralelamente, la administración ha implementado una política de “tolerancia cero” contra extranjeros que critican al gobierno en línea.
Se revocaron las visas de al menos seis personas, incluido un ciudadano mexicano, por publicar comentarios de burla sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. De igual forma, a la activista mexicana Arlín Medrano se le retiró la visa después de que calificara a Estados Unidos como un “país genocida” en sus redes sociales.
En resumenLa revocación generalizada de visas a políticos mexicanos y críticos extranjeros demuestra la disposición de la administración Trump para usar herramientas migratorias como una medida punitiva. Esta estrategia busca ejercer presión política y sancionar la disidencia, generando preocupaciones sobre las relaciones diplomáticas y la libertad de expresión.