El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha condicionado explícitamente el apoyo financiero a Argentina al resultado de las próximas elecciones legislativas, en un claro respaldo a su homólogo y aliado ideológico, Javier Milei. Durante una reunión en la Casa Blanca, Trump advirtió que si el partido de Milei no triunfa, Estados Unidos no será “generoso” con la nación sudamericana. “Si pierde, no vamos a ser generosos con Argentina”, declaró Trump, añadiendo que no permitirá que “alguien llegue al poder y desperdicie el dinero de los contribuyentes de este país”. Estos comentarios se producen días después de que Washington anunciara un importante paquete de ayuda financiera para Argentina, que incluye un intercambio de divisas (swap) por 20,000 millones de dólares con el banco central argentino para estabilizar el peso.
La intervención de Trump en la política interna argentina ha sido criticada por legisladores demócratas en EE.
UU., quienes lo acusan de priorizar rescates extranjeros para favorecer a aliados políticos.
La líder opositora argentina, Cristina Fernández de Kirchner, reaccionó en redes sociales, interpretando las palabras de Trump como una injerencia directa: “Argentinos... ya saben lo que hay que hacer”. El respaldo de Trump es visto como un impulso crucial para Milei, cuyo partido enfrentó un revés en elecciones provinciales recientes y ahora se juega su capacidad de implementar reformas en las legislativas del 26 de octubre. Trump describió a Milei como “MAGA hasta el final”, adaptando su lema a “Hagamos grande a Argentina otra vez”.
En resumenLa intervención directa de Donald Trump en la política argentina, al condicionar la ayuda económica a la victoria electoral de Javier Milei, ha generado una fuerte controversia. Esta acción subraya la naturaleza transaccional y personalista de la política exterior de la administración Trump, mientras pone en una posición delicada la soberanía y la economía de Argentina.