La propuesta republicana para financiar la administración hasta noviembre ha fracasado en múltiples votaciones, al no alcanzar los 60 votos necesarios para superar el bloqueo demócrata.
La parálisis ha dejado a miles de trabajadores públicos sin salario y ha suspendido las funciones no esenciales de diversas agencias gubernamentales, generando un creciente descontento ciudadano. El principal obstáculo en las negociaciones es la extensión de los subsidios del programa de salud “Obamacare”, que expiran a fin de año. Los demócratas insisten en prolongarlos, mientras que los republicanos los acusan de querer beneficiar a inmigrantes indocumentados, una afirmación que la oposición niega. El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, advirtió que el país se encamina a “uno de los cierres más largos en la historia de Estados Unidos”. Por su parte, el presidente Donald Trump ha amenazado con eliminar permanentemente programas de ayudas públicas respaldados por los demócratas si el cierre se extiende, calificándolos de “escandalosos y semicomunistas”.
Una encuesta de AP-NORC revela que la opinión pública está dividida sobre los responsables, aunque una ligera mayoría culpa a Trump y a los republicanos del Congreso. El cierre ha comenzado a tener efectos tangibles, como la escasez de controladores aéreos que ha provocado retrasos en vuelos y la suspensión de la publicación de datos económicos clave, como el informe de inflación. La situación ha llevado a la administración Trump a iniciar despidos masivos de empleados federales, una medida que ha sido bloqueada temporalmente por una jueza federal.













