El presidente Donald Trump confirmó haber autorizado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para realizar operaciones encubiertas en Venezuela, una medida que intensifica drásticamente la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro y eleva las tensiones en la región. En declaraciones a periodistas, Trump justificó la autorización por dos razones principales: acusó a Venezuela de haber “vaciado sus prisiones hacia Estados Unidos” y de ser una fuente importante de tráfico de drogas. La confirmación se produjo después de que The New York Times revelara la autorización secreta, que permitiría a la CIA llevar a cabo misiones letales y una variedad de operaciones en el Caribe, ya sea de forma unilateral o en coordinación con el ejército estadounidense.
Además, Trump advirtió que su administración está considerando extender sus operativos contra el narcotráfico a tierra firme.
“Ciertamente estamos pensando ahora en la tierra, porque ya tenemos bajo control el mar”, declaró.
El gobierno de Nicolás Maduro reaccionó enérgicamente, calificando las declaraciones de “belicistas y extravagantes” y una “gravísima violación del Derecho Internacional”. Maduro denunció los “golpes de Estado orquestados por la CIA” y activó planes de defensa, reforzando la presencia militar en estados fronterizos. El anuncio se enmarca en un amplio despliegue militar estadounidense en el Caribe, que incluye ataques a presuntas narcolanchas, y se suma a la histórica intervención de la CIA en golpes de estado en América Latina, como en Guatemala y Chile.
En resumenLa autorización de operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela representa una escalada significativa en la política de Estados Unidos hacia el país sudamericano, pasando de las sanciones económicas a la acción directa y secreta. Esta decisión aumenta el riesgo de un conflicto abierto y ha sido condenada por el gobierno venezolano como una amenaza a su soberanía.