Esta medida fue calificada como un intento de “amordazar a los empleados y amenazar con represalias a los periodistas”. Como protesta, decenas de reporteros de los principales medios de comunicación de Estados Unidos, incluyendo The New York Times, The Washington Post, CNN e incluso la conservadora Fox News, se negaron a firmar y abandonaron sus oficinas en el Pentágono.

El presidente Trump respaldó las restricciones, afirmando que “la prensa es muy deshonesta”.

Paralelamente, Trump ha recurrido a la vía legal contra los medios.

Volvió a presentar una demanda por difamación contra The New York Times por 15,000 millones de dólares, un mes después de que una acción similar fuera desestimada. En julio, también demandó a Rupert Murdoch y The Wall Street Journal por 10,000 millones de dólares, y llegó a un acuerdo con Paramount por 16 millones de dólares por una cobertura del programa "60 Minutos".