La Casa Blanca proyecta que más de 10,000 empleados federales podrían ser despedidos, y más de 4,000 ya han sido cesados.

Sin embargo, una jueza federal en San Francisco bloqueó temporalmente los despidos, calificándolos de ilegales y con motivaciones políticas. El cierre ya está afectando servicios esenciales, con escasez de controladores aéreos que ha provocado retrasos en vuelos y la advertencia de que el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que beneficia a 40 millones de personas, podría quedarse sin fondos en noviembre.