Como respuesta, el condado de Los Ángeles declaró un "estado de emergencia" para destinar recursos a las comunidades afectadas. Además, la Casa Blanca anunció una nueva multa de 5,000 dólares para quienes crucen la frontera ilegalmente y una tarifa de 1,000 dólares para los beneficiarios del permiso humanitario 'parole'. El gobierno también planea una operación de vigilancia digital permanente, utilizando inteligencia artificial para rastrear a migrantes a través de redes sociales. Estas políticas se suman a la revocación de visas de políticos mexicanos y de extranjeros que han criticado a figuras conservadoras, como Charlie Kirk. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha rechazado el "injerencismo" estadounidense, mientras que el embajador Esteban Moctezuma ha calificado de contradictorio tratar a México como "paria" dada la estrecha cooperación bilateral.