El movimiento denuncia la militarización de las ciudades, las políticas migratorias y los recortes federales. La movilización, que según los organizadores congregó a casi siete millones de personas, se convirtió en una de las más grandes en la historia reciente de Estados Unidos. Las protestas se llevaron a cabo de costa a costa, con concentraciones emblemáticas en Times Square de Nueva York, el Capitolio en Washington D.C. y el centro de Chicago. El lema "No Kings" alude a la percepción de que el presidente actúa como un monarca y busca recordar que Estados Unidos se fundó sobre el rechazo al poder absoluto. Las manifestaciones contaron con un ambiente mayormente festivo y pacífico, con música, disfraces y el respaldo de figuras públicas como el senador Bernie Sanders y los actores Robert De Niro y John Cusack.
Sanders, dirigiéndose a la multitud en Washington, declaró: "No estamos aquí porque odiemos a Estados Unidos, estamos aquí porque amamos a Estados Unidos".
En respuesta, el presidente Trump compartió en su red social Truth Social varios videos generados por inteligencia artificial en los que aparece como un rey, en una de las imágenes conduciendo un caza que lanza lo que parecen ser excrementos sobre los manifestantes, una acción interpretada como una provocación directa.













