Esta estrategia ha encontrado una fuerte resistencia legal y política.
Jueces federales han frenado temporalmente despliegues similares en Chicago y Portland, Oregón.
El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, criticó el esfuerzo de Trump, declarando: "Militarizar a nuestras comunidades contra su voluntad no solo es antiestadounidense, sino que también nos lleva por un camino peligroso para nuestra democracia".
La administración ha recurrido a la Corte Suprema para permitir el despliegue en Chicago. El gobernador de California, Gavin Newsom, también ha criticado duramente la presencia de tropas en Los Ángeles. San Francisco se ha convertido en un objetivo particular para la retórica republicana, siendo presentada como un ejemplo del fracaso de la gestión demócrata en los centros urbanos.
Estas acciones han sido uno de los principales catalizadores de las masivas protestas "No Kings" que han tenido lugar en todo el país.













