La NNSA, agencia responsable del mantenimiento y seguridad del arsenal nuclear estadounidense, ha enviado a casa a unos 1,400 funcionarios, lo que representa el 80% de su personal, bajo la figura de desempleo técnico.

Menos de 400 empleados permanecerán activos para garantizar las operaciones esenciales.

El legislador republicano Mike Rogers advirtió que la agencia estaba "a punto de agotar los fondos de emergencia" y que estos no son empleados que deberían estar en casa, ya que "se ocupan de un activo estratégico muy importante". El presidente Donald Trump ha utilizado la situación para presionar a los demócratas, amenazando con que los despidos temporales podrían volverse definitivos.

Mientras tanto, el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, expresó su esperanza de que el cierre termine esta semana, aunque también advirtió sobre la posibilidad de "medidas más estrictas" si no hay cooperación demócrata.